El Premio Nobel de Economía recayó en el turco-estadounidense Daron Acemoglu y los británico-estadounidenses Simon Johnson y James A. Robinson por sus investigaciones sobre las diferencias de prosperidad entre naciones.
Los investigadores, que trabajan en centros académicos de Estados Unidos, fueron galardonados «por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad», señaló el jurado en su comunicado.«Reducir las enormes diferencias de ingresos entre los países es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Los galardonados han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo», afirmó Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas.
Los tres premiados, según el comité, han demostrado la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de las naciones y que las sociedades con un Estado de derecho frágil e instituciones que tienden a la explotación de la población no generan crecimiento ni cambios que lleven a una mejora.Los galardonados han demostrado, indica el comité, que una de las explicaciones de las diferencias en la prosperidad de los países son las instituciones sociales que se introdujeron durante la colonización.
La creación de instituciones inclusivas ha generado riqueza mientras que las instituciones extractivas, aunque producen ganancias a corto plazo para quienes tienen el poder, no mejoran la situación general de la población.
Sin embargo, también demuestran que el cambio es posible y que se pueden formar nuevas instituciones. En algunas circunstancias, un país puede liberarse de sus instituciones heredadas para establecer la democracia y el Estado de derecho. A largo plazo, estos cambios también conducen a una reducción de la pobreza.
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