La historia detrás de la tormenta de Santa Rosa tiene raíces tanto meteorológicas como culturales. Su nombre se origina en una leyenda del año 1615, cuando un temporal impidió el ingreso de piratas holandeses a la ciudad de Lima, Perú. Esta tormenta fue atribuida a la intercesión de Santa Rosa de Lima, la primera santa canonizada de América, cuyo día se celebra el 30 de agosto.
Desde entonces, la creencia en esta «tormenta santa» ha perdurado, convirtiéndose en un elemento casi místico de la cultura popular en Argentina y otras regiones de Sudamérica.
No obstante, aunque la tormenta de Santa Rosa es un fenómeno bien conocido, su intensidad y alcance pueden variar. Este año, los pronósticos indican que la tormenta podría llegar acompañada de una sudestada, un fenómeno que se caracteriza por vientos del sudeste que azotan el Río de la Plata, elevando el nivel del agua y generando condiciones adversas en la costa, un fenómeno que se extenderá hasta el domingo inclusive.
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